junio 05 2024
Diferencias entre crédito y préstamo
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Ante una situación laboral determinada o ante la necesidad de hacer un pago elevado, nos podemos encontrar frente a la búsqueda de financiación.
Debido a la circunstancia que sea, una vez que optamos por pedir financiación, lo más importante es saber a dónde acudir y qué producto resolverá mejor nuestras necesidades. Hay varios tipos de financiación y es importante elegir la adecuada.
Las líneas de créditos y los préstamos son productos que permiten al usuario conseguir financiación, pero presentan diferencias que deben tenerse en cuenta a la hora de seleccionar uno u otro.
En ambos casos, es importante analizar bien el dinero que vamos a necesitar, por cuánto tiempo y valorar que hay varias opciones de préstamos, dependiendo de las necesidades específicas que debamos cubrir. Por tanto, un crédito y un préstamo no son sinónimos. Son productos con características diferentes aunque ambos resuelven los problemas de financiación.
Diferencias entre crédito y préstamo
El crédito es un contrato entre una entidad crediticia y el cliente. En este contrato, se acordará que el cliente disponga de una cantidad de dinero determinada durante un periodo de tiempo concreto. El momento y la cantidad utilizada la decide el cliente. Los intereses se pagarán solo por la cantidad utilizada, no por la totalidad del dinero dispuesto a crédito, y la devolución del crédito también la decide el cliente disponiendo de una gran flexibilidad. El crédito devuelto vuelve a estar a disposición del cliente hasta que finalice el mismo.
Por su parte, el contrato de un préstamo entre una entidad y un cliente recoge todo el funcionamiento de la vida del préstamo. Tras firmar el contrato, al inicio de la operación, el cliente recibe una cantidad de dinero fijada y tendrá que devolver las cuotas periódicas pactadas en el plazo correspondiente.
A la hora de buscar financiación, los préstamos son una buena opción, sin embargo, no debemos escoger cualquiera. Lo recomendable es hacer un estudio sobre las posibilidades que hay en el mercado y tomar una decisión en base a nuestras preferencias y necesidades. Muchas veces las prisas nos llevan a firmar un préstamo con condiciones que no son las mejores para nosotros.
Usos y cuantías
La elección entre préstamo y crédito depende, por lo tanto, de la cantidad de dinero que vamos a solicitar, del uso que le vayamos a dar y de los requisitos y documentación necesaria para contratar uno u otro producto financiero.
Se debe recurrir a un préstamo cuando necesitamos una cantidad importante de dinero que, de antemano, ya sabemos que vamos a gastar en su totalidad y que no vamos a poder devolver en un periodo corto de tiempo. Primero, tendremos que elegir el tipo de préstamo que nos conviene y, a continuación, firmar con la entidad bancaria un contrato donde se detallen los años de amortización, los intereses, las comisiones de los préstamos y las cuotas mensuales.
El plazo de amortización es importante. A mayor plazo, más dinero acabaremos pagando. Evidentemente, el plazo de amortización dependerá de la cuota mensual que acordemos al principio, que tiene que tener una relación directa con nuestros ingresos. Generalmente, las entidades financieras no suelen establecer cuotas mensuales mayores del 35% de los ingresos netos mensuales de la persona o familia a la que se le va a conceder el préstamo.
Por el contrario, se debe optar por un crédito rápido cuando lo que se quiere es poder disponer de un dinero para un gasto extra, como abonar una factura inesperada, hacer frente a una avería o llegar a final de mes.
Los límites de crédito varían en función de las entidades o del tipo de crédito concedido, pero normalmente oscilan entre 3.000 y 6.000 euros. En el caso de que se necesite una cantidad superior para realizar un pago concreto, sería mejor recurrir a un préstamo.
Principales diferencias a valorar
A la hora de conseguir dinero, lo primero que tendremos que preguntarnos es cuál es nuestra finalidad a la hora de solicitar financiación.
Los usuarios de las líneas de crédito normalmente son autónomos y pequeñas y medianas empresas que necesitan tener cubiertas sus necesidades de liquidez en momentos puntuales. A diferencia, el objetivo de los préstamos suele ser la adquisición de bienes de alto valor, financiación de necesidades de capital a largo plazo o la puesta en marcha de una inversión de cierta envergadura.
Dependiendo de nuestro objetivo, bien sea comprar una casa o pagar los estudios, las diferencias básicas a valorar entre los préstamos y las líneas de créditos son las siguientes.
- En el préstamo se entrega el importe total pactado en el momento inicial. En cambio, en la línea de crédito solo se dispone de la cantidad necesaria en cada momento.
- En los préstamos hay que pagar intereses desde el momento en que se entrega el capital, mientras que en las líneas de créditos se abonarán intereses cuando se disponga del capital necesario.
- La línea de crédito se puede renovar varias veces a su vencimiento, mientras que el préstamo ha de amortizarse en el plazo convenido.
- El plazo de la línea de crédito es inferior al del préstamo.
- Los tipos de interés suelen ser más altos en las líneas de créditos que en los préstamos.
En definitiva, no existe financiación mejor o peor. Todo depende de diversos factores a tener en cuenta, de tener tiempo para analizar todas las ofertas y escoger aquella que mejor se adapte a nuestras circunstancias particulares.